Roturas: síntoma de fatiga, corrosión o mala instalación
Las fisuras en tolvas, ductos y estructuras metálicas aparecen por ciclos de carga, vibraciones, abrasión o corrosión galvánica. Cuando no se atienden a tiempo, una grieta milimétrica se vuelve una parada de producción completa. Un plan de reparación con masillas y recubrimientos industriales Poliescol permite sellar, reforzar y devolver la pieza a servicio rápidamente. Sin embargo, el éxito depende de diagnosticar la causa raíz y aplicar el sistema correcto en el orden adecuado.
Clasifica el daño antes de intervenir
No todas las roturas se tratan igual. Una fisura superficial se maneja diferente a un agujero por desgaste erosivo. Evalúa la temperatura de trabajo, el tipo de esfuerzo (flexión, impacto, torsión), la exposición a químicos y la rugosidad actual. Con esos datos selecciona el sistema de la línea industrial Poliescol que ofrezca resistencia química, flexibilidad o dureza según el caso.
Preparación del sustrato: la mitad del éxito
Retira recubrimientos sueltos, óxido y grasas con herramientas mecánicas y desengrasantes industriales. Idealmente logra un perfil de anclaje Sa 2.5 por chorro abrasivo; si no es posible, usa cepillo metálico y lija gruesa para abrir poro. Desarrolla la reparación en un área más grande que la fisura para distribuir esfuerzos. No olvides aislar zonas contiguas para evitar contaminar rodamientos, cables y sensores.
Control de humedad y temperatura
Trabaja entre 10 °C y 35 °C, con humedad relativa menor a 80%. Si la pieza está caliente por operación, deja enfriar o usa barreras térmicas temporales. La humedad superficial provoca ampollas y mala adhesión. Usa termohigrómetro y registra condiciones; si no puedes garantizar el rango, considera un primer epóxico de adherencia rápida compatible con la masilla.
Selección de masilla y refuerzo
Para fisuras estructurales usa masillas epóxicas con carga metálica que aporten resistencia a compresión y a impacto. Si hay abrasión severa por material particulado, combina con un recubrimiento cerámico en la superficie expuesta. En zonas con vibración, una masilla flexible evita que el movimiento abra la grieta. Consulta las fichas Poliescol para saber el tiempo de curado y la resistencia mecánica alcanzada antes de poner la pieza en servicio.
Refuerzo mecánico adicional
Cuando la grieta está en una zona de alto esfuerzo, complementa con placas de refuerzo, cordones de soldadura o tejidos de fibra según la ingeniería disponible. La masilla sella y distribuye cargas, pero no reemplaza la integridad estructural perdida. Documenta el refuerzo para que mantenimiento pueda inspeccionarlo con frecuencia.
Aplicación paso a paso
1) Biselar los bordes de la fisura para aumentar el área de contacto. 2) Mezclar la masilla en la proporción indicada; evita mezclar más material del que puedas aplicar en el pot life. 3) Presionar la masilla en la grieta, expulsando aire y asegurando que penetre. 4) Modelar la superficie con espátula húmeda para reducir lijado posterior. 5) Si se necesita volumen, aplicar en capas, respetando el tiempo de gel entre cada una. 6) Curar según ficha técnica antes de someter la pieza a carga.
Acabado y protección final
Una vez curada, lija ligeramente para eliminar imperfecciones y aplica el recubrimiento final que proteja frente al medio: epóxicos para químicos, poliuretanos para rayos UV o cerámicos para abrasión. Usa colores contrastantes en reparaciones para facilitar inspecciones futuras. Registra el número de lote de los productos usados y adjunta la hoja de seguridad en la orden de mantenimiento.
Errores que provocan recaídas
Los fracasos más comunes son: aplicar sobre óxido activo, no respetar la mezcla 1:1 o 2:1 de los componentes, devolver la pieza al servicio antes del curado total y no eliminar tensiones mecánicas (alineación o balanceo deficiente). También es un error usar productos de ferretería sin resistencia industrial; la reparación dura días en lugar de meses. Evalúa siempre la causa raíz y planifica un paro corto con materiales certificados.
Documentación y trazabilidad
Registra en la orden de trabajo: área intervenida, fecha, producto y lote de la masilla, proporción exacta de mezcla, temperatura, humedad y hora de puesta en servicio. Adjunta fotos del daño inicial, la preparación superficial, la aplicación y el resultado final. Esta trazabilidad permite identificar patrones de falla y validar garantías con soporte técnico. Si una pieza vuelve a fallar, podrás revisar rápidamente qué variables cambiaron y corregirlas antes de una parada mayor. Usa un formato estándar para que todos los turnos reporten igual.
Monitoreo post reparación
Establece una rutina de inspección visual y con ensayos no destructivos (líquidos penetrantes o ultrasonido) en piezas críticas. Documenta temperatura, vibración y presión de trabajo para correlacionar con la durabilidad de la reparación. Si notas microfisuras tempranas, ajusta el diseño o cambia a un producto de mayor flexibilidad.
Capacitación y estandarización del equipo
Un equipo entrenado repara más rápido y con menos desperdicio. Desarrolla instructivos visuales con fotos y proporciones de mezcla específicas para cada producto Poliescol que uses en planta. Practica en piezas fuera de línea antes de intervenir equipos críticos y mide tiempos por actividad para detectar cuellos de botella. Incluye en el entrenamiento cómo leer fichas técnicas y hojas de seguridad, cómo preparar la superficie y cómo registrar datos en la orden de trabajo. La estandarización reduce la variabilidad entre turnos y asegura que la reparación dure lo previsto.
Indicadores de éxito y retorno
Mide el costo de cada parada y el tiempo promedio de reparación con y sin masillas especializadas. Registra la vida útil alcanzada después de cada intervención y calcula el costo por hora de operación recuperada. Integra estos datos con tu sistema de mantenimiento para justificar inversiones futuras en kits de reparación. Un indicador simple es el número de reaperturas por el mismo daño en seis meses: si baja, el protocolo funciona. Si no mejora, revisa la selección de producto o la preparación superficial.
Plan de continuidad operativa
Ten kits de reparación rápida en bodega con masillas epóxicas, lijas, espátulas y desengrasante. Capacita al personal para ejecutar reparaciones de contingencia fuera de horario laboral. Mantener stock y un procedimiento escrito reduce tiempos muertos. Si necesitas definir el kit ideal para tu línea, revisa la oferta industrial Poliescol o solicita asesoría para dimensionarlo según tus equipos.